Un sueño maravilloso la noche anterior al juicio de los líderes secesionistas

La noche anterior al juicio contra los 12 líderes secesionistas catalanes tuve un sueño maravilloso. Parecía una obra del director, guionista y productor Steven Allan Spielberg.

Empezaba con música de Alberto Ginastera y secuencias de paisajes españoles viendo avanzar en dos direcciones distintas a dos camionetas. Ambas habían salido del Centre Penitenciari Lledoners en Sant Joan de Vilatorrada, una hacia Madrid y la otra hacia Waterloo.

Spielberg, haciendo uso de su maestría, contrasta los rostros sobresaltados y goyescos de los que, en Madrid, constatan que la camioneta que supuestamente trasladaba a los presos está vacía; con los semblantes felices de Puigdemont y sus amigos recibiendo a sus colegas en Waterloo.

Un sueño que Spielberg termina con música de Bach exhibiendo escenas del Parlament de Catalunya en el año 2030, que continúa teniendo diputados secesionistas, pero sin haber podido superar el 28% de votos; así como a los huidos que, sonrientes y felices, dan clases en universidades belgas y alemanas. Con música de Freddie Mercury, en el the end se ven imágenes de playas catalanas llenas de turistas. No me digan que no fue un sueño maravilloso.