Señalización deficiente en el Brunch-In the park

Todos los domingos de julio hasta mediados de septiembre se celebrará el Brunch-In the park, en la parte de arriba de los jardines de Joan Brossa, en Montjuïc. Para ello cierran dicha parte de los jardines impidiendo el paso. El problema es que ni en la parte de abajo de los jardines, ni en ninguna otra entrada, avisan de que las escaleras que conducen hasta la parte de arriba de la carretera de Montjuïc, (y que muchos barceloneses, así como muchos turistas, utilizamos para subir a pie la montaña), están cerradas, por lo que cuando has subido un sinfín de escaleras te encuentras con que ya no puedes continuar.

Esto me sucedió el domingo pasado, y por ello solicité hablar con un responsable de la organización, al que le pedí por favor que por lo menos dieran algún tipo de alternativa. Después de insistirles mucho, la única opción que me dieron fue la de seguir un caminito por el medio de la zona boscosa, el cual no estaba ni señalizado ni habilitado para ser transitado, por lo que les indiqué que sería interesante que, para evitar problemas, debían de señalizarlo poniendo carteles, a lo que me dijeron que eso no les correspondía a ellos.

Ante la total falta de colaboración por parte de los organizadores del Brunch-in the park, así como su total despreocupación hacia los problemas que están ocasionando, decidí llamar a la Guardia Urbana del Distrito de Sants-Montjuïc para informar del problema y pedir que se señalizaran otras opciones dentro del parque, a lo que me indicaron que tenía que ir yo en persona, y en horario laboral, al Ayuntamiento del Distrito para cumplimentar una instancia.

Desearía transmitir a Ada Colau, así como a la regidora del Distrito, Laura Pérez Castaño, la urgente necesidad de adoptar las medidas necesarias para facilitar la libre circulación de los peatones por todos los Jardines de Joan Brossa. Creo que poner unos cuantos cartelitos indicando rutas alternativas dentro de los jardines no debe ser ningún problema, y serían una gran ayuda para los muchos peatones que disfrutamos del parque.

Una cosa es la ocupación de un espacio público para el uso y disfrute privado de unos pocos, como es el caso del Brunch-In the park, y otra muy diferente es que ello ocasione molestias y problemas al resto de los barceloneses, y a los turistas, y encima durante 12 domingos seguidos.