Se ha perdido el respeto por lo público, pero no podemos rendirnos

Parece que los tres grandes pilares del Estado del bienestar, Sanidad, Educación y Políticas Sociales, están a punto de derrumbarse, seguramente por dos grandes motivos. El primero, la desidia de la mayor parte de la sociedad hacia lo público, despreocupándonos durante años de bonanza y sin darnos apenas cuenta de que demasiados gestores, elegidos por la misma sociedad, lo han ido desmantelando todo en favor de sus bolsillos. De aquí surge el segundo gran motivo: la enorme mediocridad de la clase política en este país.

Lo poco que sigue en pie es por el gran esfuerzo y dedicación de los profesionales que se dejan la piel, y a menudo la salud, en lo que hacen: los sanitarios, profesores, trabajadores sociales y un sector de la sociedad muy comprometido con lo social y que a través de organizaciones no gubernamentales o con iniciativas privadas contribuye a intentar que los más desfavorecidos alcancen un mínimo de dignidad.

La pandemia se está alargando mucho, la paciencia y resistencia de estas personas se irá agotando y el paraguas de lo público se irá cerrando. No podemos rendirnos. Si somos una sociedad madura tenemos el deber de exigir a nuestros muy bien pagados dirigentes que respeten y gestionen como es debido lo público. No es de su propiedad. Es bien común. Es de todos.