La reforma de la Constitución como solución a los problemas en Catalunya

A veces, cuando no se alcanza a formular la solución de un problema se da la culpa a la falta de diálogo. Otras muchas se achaca el fracaso al otro y, en algunas ocasiones se alude a la mala suerte. No obstante, mi condición de arquitecto, me ha enseñado a saber solucionar la aparición de grietas en nuestros edificios. Aquellas fisuras no se pueden aderezar debidamente sino se alcanza a descubrir el porqué de su manifestación. En general, su origen tiene que ver con algún movimiento diferencial de la estructura. Entonces, y después de sanearlas de manera adecuada para evitar que se reproduzcan, el remedio pasa ineludiblemente por robustecer la estructura del edificio.

Estoy convencido que los problemas actuales de España (Cataluña, tasa de paro, desigualdad, hartazgo general y aparición de Vox) sólo se podrán solucionar acometiendo una reforma sensata de nuestra Constitución.

Ha cumplido cuarenta años y con ella nos ha ido muy bien, pero hoy los tiempos son otros. Los nuevos acontecimientos globales del siglo XXI, así como otros mucho más específicos ligados a nuestro país, lo están pidiendo a gritos. Al igual que muchas de las estructuras de nuestros edificios, nuestra Constitución también se tiene que actualizar. Así, todos juntos, de manera consensuada, podremos solucionar los problemas que nos acechan.