Mi perplejidad ante las opiniones de las derechas de Colón contra los independentistas

Me han impactado las entrevistas a los manifestantes de derechas de la Plaza Colón por la contundencia que tienen al pedir penas severas contra los independentistas, por creer que dieron un golpe de Estado. 

Mi perplejidad es porque no aceptan que otros españoles puedan estar indignados con este régimen, precisamente por ser heredero del golpe de Estado de 1936, el cual hizo un baño de sangre para instaurar una dictadura fascista. Se lamentan de haber sido engañados por los políticos pero no admiten que otros puedan pensar que el engaño consiste en que aquellos golpistas se proclamaran patriotas después de ultrajar el orden constitucional y asesinar más de medio millón de españoles.

Se quejan de la mediocridad institucional, pero olvidan que la dictadura que admiran cesó a las personas poco afines y las substituyó por otras menos preparadas, anteponiendo la ideología al mérito. Práctica que aún perdura, sobre todo en política y parece que también en justicia.

Deploran la corrupción, pero no admiten que aquel régimen fue esencialmente corrupto, aunque la propaganda lo ocultara, sobre todo cuando había implicada gente cercana al dictador. Como ahora cuando afecta a líderes políticos, banqueros y otros prohombres.

Protestan porque los políticos no cumplen sus promesas electorales, pero ignoran que en España cumplirlas puede llevarlos a prisión, como ha ocurrido con los presos políticos catalanes, que solo cumplieron un programa que el Estado conocía y no rechazó.

Las cosas no suelen ser como dice la versión oficial, especialmente en las dictaduras, por eso ustedes se pueden considerar los depositarios de los valores patrios pero deben entender que otros opinen que solo le han hecho un daño inmenso al país.