Los escenarios de la política española ante el adelanto electoral

Según lo que pronostican las encuestas y lo que hemos visto en Andalucía, es más que probable que el PSOE no pueda formar gobierno tras el 28 de abril. Es realista pensar que el PSOE sea el partido más votado - y más aún con la previsible y pronunciada bajada de UP, pero, a veces, los políticos olvidan que estamos en un régimen parlamentario donde hay que sumar una mayoría y no en uno presidencial. Pero eso no significa nada ya que, en Andalucía, Catalunya y la Comunidad Valenciana por poner unos ejemplos, no gobierna el partido más votado. La mayoría de izquierdas con Unidos Podemos parece totalmente descartada y C's ha descartado formar gobierno con un PSOE liderado por Pedro Sánchez. 

La única posibilidad que parece que le queda a Sánchez para gobernar es repetir un gobierno en minoría con el apoyo de UP y los nacionalistas, si saliesen los números. Pero, para ello, el independentismo catalán exigirá lo mismo que para la aprobación de los presupuestos y que un gobierno de España nunca va a conceder. Por tanto, esa vía parece que tampoco tiene visos de prosperar.

Y, si saliese ese pacto con concesiones, aunque sean mínimas, del PSOE, en las elecciones locales y autonómicas del mes siguiente los socialistas lo pagarían caro: habría una fuerte contestación de los barones a ese pacto. Pero quizá hay otra posibilidad que, además, sería la deseada por la oposición interna de Sánchez dentro del PSOE: que PSOE y C's sumen mayoría absoluta y los naranjas exijan que el presidente no sea Sánchez y que en el acuerdo de gobierno se contemple la política a seguir respecto a Catalunya.

Si la alternativa a esto último fuese un gobierno del tripartito de derechas o nuevas elecciones, la presión a Sánchez sería enorme. Ya tenemos en Catalunya un ejemplo similar cuando la CUP exigió y consiguió que Artur Mas no fuese el presidente aún habiendo sido el candidato.