La Catalunya plurinacional que ya no calla ante el nacionalismo excluyente

Quiero responder a la carta del lector Pau Ferrer, titulada "No me gustan las formas que empañan una imagen de convivencia en Catalunya".

Dice usted que Inés Arrimadas y Álvarez de Toledo "hacen méritos" por el acoso y derribo, y alientan los insultos que reciben en Catalunya por parte del independentismo.

Hablemos claro, según usted se merecen este trato por el independentismo del que usted dice sentirse orgulloso.

También acaba su carta mencionando el dicho catalán, que yo veía en la entrada de muchas casas: "Si veniu pel bé no us quedeu al carrer, si veniu pel mal no passeu del portal". Esto último me ha hecho saltar las alarmas. Inconscientemente, o tal vez no, ha desvelado un nacionalismo excluyente, ese que veo a diario en mi tierra.

Sí, señor Ferrer, no soy independentista, como la señora Toledo o Arrimadas, y Catalunya también es mi tierra y tengo todos mis derechos (ya veremos cuando gobiernen la república Puigdemont y Junqueras) de confrontar ideas con usted.

Usted cree que Catalunya es su casa, solo de usted, y los que "hagan méritos" se merecen que les partan la cara y les insulten, en el mejor modo como ha hecho Núria de Gispert.

Yo tan solo le diré que desde el nacionalismo catalán se me ha insultado muchas veces (pues soy nacido catalán pero de familia andaluza), y desde el independentismo se ha insultado a España numerosas veces de ser "franquista" y "fascista". Pero ustedes estuvieron manifestándose en pleno centro de Madrid ("la capital del reino franquista" según ustedes), y no hubo ni un solo incidente y ni un solo insulto hacia ustedes.

Y le recuerdo también que acabamos de salir de unas elecciones en las que "la España franquista" podría haber optado por votar a Toledo o Arrimadas, y ahora usted tendría un 155 talla XXL indefinido. Sin embargo, esa España ha votado por la moderación y el diálogo, algo de lo que tendría que aprender el independentismo, pero en la propia Catalunya.

Aquí se habla mucho de la España plurinacional. Tiene que entender que Catalunya también lo es, y hay por lo menos una mitad que no es de su cuerda, y que, como yo, ya no se calla ante la imposición nacionalista-independentista.