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La adolescencia y la maleta de mamá

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Nieves Navarro

Llega ese día en que has de preparar una maleta, no para ti, más bien para una parte de ti, tu hijo, que se marcha a otra ciudad a otro país. La Universidad le espera.

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Intentas, como madre, poner una sonrisa forzada, coges la maleta y empiezas a llenarla con un sinfín de ropa, de accesorios, porque sabes que sin ti a su lado le harán falta. Paraguas por si llueve, chaqueta por si hace frío, analgésicos por si tiene fiebre. Bueno, lo típico que ponemos las madres, hasta que llega él con esa cara de adolescente con gesto cabreado por invadir su intimidad y te dice: "Mamá, esto no, esto tampoco, si hace falta ya lo compraré allí".

Y a ti, y a tu sonrisa forzada, no te queda más remedio que decir: "Vale cariño, no te preocupes". Aunque sabes que tendrás tu momento, y justo antes de cerrarla, lo meterás: como que existe un mañana tu hijo viajará con todo ello en su maleta.

¿No os ha pasado que en cuanto sale por la puerta camino del aeropuerto, daríais cualquier cosa por volver atrás, que volviera a los 4 o 5 añitos, en los que le decías: "Por favor cariño, haz esto, haz lo otro", te miraba, te escuchaba, y te obedecía sin rechistar. ¡Qué maravilla, qué control, qué tranquilidad, qué sosiego y qué paz!

Hoy le dices: "Por favor cariño, haz esto, haz lo otro". Ni te mira, ni te escucha, y lo de obedecer, olvídate.  Acto seguido te dice con la típica altanería del buen adolescente: "Me tratas como a un niño, no ves que ya soy un adulto".

Cuantas veces hemos repetido esos tópicos que siendo nosotros hijos, juramos y perjuramos que jamás repetiríamos. Pues lo repetimos y quien diga que no, posiblemente falta a la verdad. A quien no se le ha escapado en un determinado momento un: "Mientras vivas bajo mi techo, harás lo que yo diga". O esa frase tan dramática y teatral de: "Porque lo digo yo, y punto".

La 'tontura' de la adolescencia, dicho con cariño, sólo se cura con los años. Así que a esperar, ellos saben que no los cambiaríamos por nada del mundo. Aunque en la primera llamada que te haga te diga: "Mamá la próxima maleta me la hago yo".

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