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Juicio al 'procés': un juicio a la libertad de decidir

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Estos días ha dado comienzo en Madrid el juicio contra los políticos impulsores del procés catalán. Un juicio que nace ya con una falta de garantías a los procesados, pues algunos de ellos y ellas están en prisión provisional de una manera 'ilegal' obviando la 'presunción de inocencia' que se le debe a cualquier detenido para mantenerlo en prisión.

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Esta juicio ya nace mal, y lo peor, lo están convirtiendo en un circo mediático, con formas esperpénticas y absurdas. Porque circo mediático es hablar y argumentar que lo que se va a condenar es un golpe de estado cuando el resto de tribunales europeos solo ve un posible delito de malversación de fondos. Es absurdo ver que la acusación popular la encabeza Vox, un partido de ultra derecha que no cree ni en las autonomías ni el la libertad de opinión.

Pero lo peor es que no se está juzgando a unos políticos, sino la libertad de un pueblo a decidir; a decidir quien les gobierna; a decidir qué tipo de gobierno quieren; a decidir libremente y sin actitudes dictatoriales.

Europa sigue este juicio con atención; pero no porque les importe Catalunya ni que el resultado del juicio pueda provocar división y más crispación, si no porque en muchos de sus estados existen también conatos de regiones con la misma necesidad de querer decidir.

A los partidos políticos de derechaultraderecha e incluso algunos barones del PSOE, anclados en el siglo pasado, este juicio les viene bien para mantener la crispación, el odio y así rentabilizar el posible voto electoral. Están provocando, junto a algunos medios informativos conservadores, una ‘catalanofobia’ que puede ser muy peligrosa y que puede crear un efecto boomerang; contra ellos mismos y contra la democracia.

Aún se está celebrando el juicio y, por tanto, hay presunción de inocencia, y sin embargo, ya se habla de golpe de estado, de rebelión, de condenas y de quitar la autonomía. Eso incita en la calle a los ‘catalonofóbicos’ a decir palabras irracionales y a hacer acciones insensatas que pueden provocar problemas sociales, no solo en Catalunya, sino también en el resto de España.

Aún se está en la fase oral y ya se les ha condenado. Y vuelvo a repetir: no se juzga a unos políticos, se juzga a un pueblo, a su derecho a decidir y, con ello, se juzga a la libertad que conlleva la democracia. Aunque algunos políticos y medios informativos lo adornen con que se ha salvado a la Constitución, un resultado condenatorio será un ataque a la libertad democrática. 

Si queremos solucionar el problema, si es que lo hay, dejemos de mediatizar a la justicia y que esta por fin sea libre y actúe como debe: juzgando hechos y no opiniones. Ah y después del juicio y de la absolución, diálogo y diálogo; esa es la solución. Los juicios por defender las ideas y lo que el pueblo ha decidido libremente no deben existir; solo las dictaduras lo utilizan para asustar y mantener el orden que quieren imponer.

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