¿Hasta cuándo durará la impunidad de Vueling?

Ante la frustración, no solo por la incompetencia, sino también por la certeza de ser víctimas de un abuso continuado y permitido, les relato nuestro viaje con Vueling el pasado 25 de agosto. Todo lo que cito a continuación está documentado. 

El día 26 de agosto a las 21.05 h, mi familia y yo (incluyendo 3 personas ancianas de 80 años y 3 niñas) teníamos previsto un vuelo de Barcelona a Marrakech para una estancia de 4 noches. El objetivo era celebrar el cumpleaños de mi mujer el 27 de agosto en Marrakech; sorpresa que llevaba preparando varios meses. Tras sucesivas comunicaciones de retrasos, se nos llama para embarcar a las 12 de la noche. Durante todas las horas que esperamos no hubo ningún empleado de Vueling disponible. Obtuvimos unos bocadillos de cena por la amabilidad de los empleados del restaurante. A las 12 de la noche, se nos comunica que el vuelo está cancelado y se organiza un tumulto sumamente desagradable. A esa hora mi familia llevaba más de 6 horas en el aeropuerto. Se nos comunica que tenemos que salir de la zona internacional y acudir a los mostradores de embarque. Nos ayuda la policía. Nadie de Vueling nos indica nada.

En los mostradores de embarque, se organiza una cola importante con situaciones desagradables en las que mi mujer tiene que organizar la cola. Los empleados de Vueling siguen completamente ausentes. Después de esperar un buen rato se nos comunica que nos pasan a un vuelo a la 1 de la madrugada del día 28 de agosto. No se nos da ninguna opción. Ambiente tenso. La persona que nos atiende nos advierte de que no trabaja en Vueling y que los empleados de Vueling están "escondidos" en su oficina.

A continuación, se nos dice que tenemos que tomar un autobús a la 1.45 h de la madrugada para ir a un hotel de Barcelona al que llegamos pasadas las 2. Como solo había un empleado disponible para el check-in, llegamos a la habitación a las 3 de la mañana. Los abuelos y las niñas estaban destrozadas. Al día siguiente comimos y cenamos en el hotel: menú acordado por Vueling, de lo más básico posible: ensalada, pasta, etc. Durante la jornada llamé a Vueling para intentar encontrar una solución mejor que el vuelo que nos habían impuesto la noche anterior. Al ser llamadas a un 902 me han cobrado 29 euros. Además de la lógica indignación por cobrarme por llamar para resolver una situación creada por Vueling, la mayor parte del tiempo la pasé explicando una y otra vez el mismo problema causado por Vueling a empleados diferentes. Se nos comunica que a las 22.30 h nos pasará a buscar un autobús para llevarnos al aeropuerto.

Tras esperar un rato y ver que el autobús no aparece, tomamos taxis para no perder el avión. Embarcamos finalmente a las 12.45 h del día 28 de agosto y llegamos al hotel en Marrakech a las 3.45 de la madrugada del 28 de agosto. En 25 años que llevo viajando en avión alrededor del mundo he sufrido diversos percances. Nada es comparable a la acumulación de incompetencia, desprecio más básico a las necesidades de los clientes y apatía que estoy viviendo con Vueling.

Para culminar el desastre, en este momento no podemos hacer las reclamaciones. ¿Hasta cuándo se va a permitir esta impunidad en el aeropuerto de Barcelona?