El esperpento de Cifuentes

El esperpéntico espectáculo protagonizado por Cristina Cifuentes en un Eroski es lo más lamentable, bochornoso, vergonzoso y friki que hemos visto las últimas generaciones de jóvenes de la era de la posverdad y del business show. Seguramente a muchos no les habrá sorprendido pues vieron en un pasado no muy lejano, sobre todo, en la época felipista, las corruptelas tontas y los shows mediáticos de algunos políticos mafiosos y torpes que yendo de ilustrados robaban a más no poder.

Después, los que somos de la era ególatra, empezamos a ver las patitas al lobo con el caso de las black en donde se gastaban el dinero en lupanares, copas y bolígrafos Bic, pasando por los escándalos reales, las corruptelas de los dueños de Catalunya y para acabar, los titulines del Rey Juan Carlos.

Esto del Eroski supera a todo lo demás y va más allá de que sustrajera -presuntamente- dos cremitas para su cutis. Se trata de un caso de bajeza moral absoluta. Que una persona dé lecciones de honestidad para luego acabar así, me da miedo. ¿Quién nos gobierna? ¿Son verdaderamente lo que transmiten en los medios o son reptiles cubiertos de una capa de delicadeza extrema que esconde lo peor de la persona? Lo que está claro es que han traicionado a la pobrecita y esa cinta llevaba tiempo en la sobremesa de algún Anunnaki. Conclusión: si no tienes dinero para crema, te haces un 'mejunje' de mantecas, aceites y lo que pilles.