"Creímos que el fin del confinamiento nos ofrecería un mundo mejor..."

Esta situación caótica e infrecuente debida al covid-19 es propicia para iluminar cinematográficamente a Steven Spielberg u otro paladín de la gran pantalla con un film de ciencia ficción.

Nos creímos e ilusionamos con que el fin del confinamiento nos ofrecería un mundo mejor de luz y de colores, pero los números del coronavirus nos siguen mareando diariamente, no nos ayudan a ubicar las historias ni lo que sucede realmente.

Al margen de las discusiones entre líderes políticos y otros charlatanes, lo que sí parece estar claro es que no habrá fórmulas mágicas para pensar que en los próximos meses todo estará como si nada hubiese pasado.

El dilema está en cómo generar un equilibrio entre el fortalecimiento de la salud, las necesidades de supervivencia actual y las posibilidades futuras de crecimiento y reactivación para salir de esta historia con aparente malicia alienígena.

Aún persiste la disyunción entre salud y economía, pero lo único claro entre todos los analistas es que muchos de los graves problemas comenzarán a relucir una vez se logre controlar la expansión del virus y se hagan palpables las ruinas que deja la emergencia en el planeta. Nada será tan fácil como prender una bombilla en medio de la oscuridad para que ilumine y nos muestre el camino a la salvación.

Parafraseando a Khalil Gibran, "tengamos esperanza, porque en el corazón de todos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente".