Camas o sillones: nuestras prioridades cuando seamos independientes

Camas o sillones. Alguien podría pensar que esa disyuntiva se refiere a una prosaica decisión acerca de cómo amueblar las habitaciones de una casa, pero no. Grandes titulares: la pelea por los 51 sillones de la Diputación de Barcelona y lo que llevan aparejados -altos sueldos, cargos de confianza, suculenta dotación presupuestaria-. Muy pequeños titulares, que quedan eclipsados por los grandes: padecemos un grave déficit de camas hospitalarias.

¿Cuáles serían nuestras prioridades cuando seamos independientes? Para empezar instauraríamos, en vez de cuatro diputaciones provinciales, siete, ocho, o las que sean, veguerías, con el consiguiente aumento de sillones y lo que llevarían aparejados. Y con las mismas peleas que ahora o más.

Otra prioridad ineludible: nuestros cónsules y embajadores. Miles de sillones más, con todo lo que llevarían aparejados. Si sumamos que Puigdemont ve “absolutamente indispensable” que una Catalunya independiente tenga ejército propio -ahí ya no llego ni a imaginar qué llevaría eso aparejado-, no me gustaría estar en lista de espera de una cama de hospital cuando seamos independientes.