Estados Unidos: De Bush a Trump

Algo que uno ha envidiado siempre de los Estados Unidos es su saber hacer innato a la hora de organizar grandes eventos. Siempre les queda de película, hagan lo que hagan. Todos hemos visto los intermedios de una Superbowl en el telediario o los desfiles de la alfombra roja en el Kodak Theatre en las ceremonias de entregas de Oscars. Incluso ahora está de moda que las parejas que esperan un bebé hagan una fiesta para dar a conocer si será primogénito o primogénita. Y saben transmitir esa unidad fraternal en todo momento, incluso en momentos tristes. Ahí está el 11S o la cantidad innumerable de masacres en institutos.

Son siempre momentos para sacar ese orgullo de pertenecer al mejor país del mundo y seguir adelante todos juntos. O así era hasta ahora. Ahora hemos visto como la sociedad despedía a George H.W. Bush y todo lo que he escrito hasta ahora quedo en entredicho. En un funeral que contaba con 5 presidentes de Estados Unidos, el actual a petición expresa del finado, fue la llegada de Trump la que fue recibida con frialdad por todos sus antecesores. Demócratas y republicanos. Y la sociedad americana está dividida. Ya ni siquiera han sido capaces de hacer ver que la ocasión de reencontrarse en un funeral de estado sirviera para apartar diferencias. Y eso que hablamos de un funeral que sirvió para humanizar a Bush hijo en el momento de su emotivo discurso.

Siempre se ha dicho que si es Estados Unidos quien se resfría, la que estornuda es Europa. En definitiva, los políticos de elegante adalid se han perdido y por estos lares lo empezamos a sufrir. Cuándo no podemos darnos la mano ni en un funeral, qué no pasará fuera. Miedo me da.