Ada Colau y la Alcaldessa: las verdaderas vencedoras

El debate de betevé dejó patente varias evidencias. La más importante, que sólo Ada Colau es quin se siente cómoda y es creíble poniendo en el centro a las personas porque es lo que ha hecho siempre; el resto están más por el mundo de los negocios y los lobbies que representan; y Ernest Maragall andaba con un despiste inmenso perdido en un mar de papeles y apuntes que le fue imposible ordenar.

También afloró el cinismo, en mayor o menor grado, de Elsa Artadi, que seguro pidió un diploma de asistencia; Jaume Collboni y Maragall hicieron propuestas de futuro que ellos mismos o sus partidos impidieron que se realizaran anteriormente con votaciones en el Consistori, el Parlament o el Congreso. Tratar de tomar el pelo es algo que ni más ni menos descalifica a un candidato a alcalde.

Manuel Valls -y lo digo desde el respeto-, no puedo evitar que me recuerde a un muñeco de guiñol perdido, con los ojos muy abiertos intentando vender pólizas de una empresa de seguros. Josep Bou creo que se ha ganado a pulso figurar en el próximo belén -sus manos, su capital, vino a decir, y se quedó tan ancho-.

Increíble el desmarque cuando se plantearon asuntos a los rivales de Colau sobre gestión del agua, las competencias de la Generalitat y la deuda pendiente con el Ajuntament, propuestas concretas sobre contaminación, movilidad, regulación del turismo, etcétera. No están acostumbrados a poner en el centro esas políticas y sólo les cabe recurrir al oportunismo para dar respuestas a cuestiones que Colau y BcnenComú han llevado en su programa desde siempre. Oírles hablar de vivienda pública fue una de las paradojas de la noche.

Por tanto, un debate previsible en el que todos los aspirantes enarbolaban la pancarta de “Hay que echar a Colau”, sin un solo argumento para explicar las razones de su objetivo. Pobrísimo papel.

Pero hay un hecho que en mi opinión hay que destacar, y es que la Alcaldesa fue la verdadera vencedora, rebasando el cerco de una Colau impecable, espléndida, serena, dominadora absoluta. Ada sigue manteniendo los extraordinarios valores que le son innatos, pero la Alcaldesa incorpora, ahora sí, un perfecto conocimiento de la maquinaria municipal que le da más margen de seguridad para marcar los tempos de su programa y anticiparse a los peligros y amenazas. No se trata ya de utopías vacantes sino de proyectos transformadores, innovadores y además realizables, como se visibiliza en todos los ámbitos.

La necesidad del llamado voto útil toma cada vez más cuerpo entre los votantes, que saben que a un lado de Sant Jaume la prioridad son los problemas de la gente y al otro lado, mucha gente sin una sola prioridad.

Hay un no menor número de votantes habituales del PSC que añoran a Pasqual Maragall y que ven en Colau -diferencias al margen- la misma empatía y proximidad con la gente, y que la votarán porque saben que en esta ocasión se vota el futuro de la ciudad. Como la votará quién votó ERC en otros comicios y no quiere añorar ni en broma al otro Maragall.