La 'superilla': de gran proyecto a utopía

Señora Ada Colau, puede ser que ahora mismo no esté por estas cosas, pero le quiero recordar que la ciudad la reclama, que no 'aclama' -hace tiempo, muchos barceloneses dejamos de hacerlo-. Usted, que es tan partidaria de escuchar las opiniones de los ciudadanos, que cree en nuestra voz, ¿me puede decir en qué momento decidió silenciarnos?

Le compro el argumento de la sostenibilidad. Le compro que quiera hacer de nuestros barrios lugares de consenso y diálogo entre los habitantes. ¿Pero dónde está cuando es con usted con la que queremos debatir? 

Paso diariamente por el que, según usted, iba a ser un gran proyecto: la 'superilla' del Poblenou. Le diré la realidad que nos encontramos en ella, que dista mucho de su utópica visión: calles vacías sin ninguna vida, comercios desiertos de clientes y vueltas infinitas con sus enemigos, los coches, para salir de ese laberinto. Acéptelo. Su promesa de isla dejó de ser paradisiaca hace mucho tiempo.