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El lenguaje, en perpetuo movimiento

diccionario-rae

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Estamos acostumbrados a progresivos cambios de la lengua: cada año, en nuestro vocabulario aparecen palabras nuevas para designar conceptos que antes no existían o, simplemente, se incorporan anglicismos necesarios para que la lengua siga el desarrollo de los otros idiomas y para que haya mayor comprensión entre una población y otra. Pero ¿qué podemos decir de las palabras que ya están presentes en nuestro vocabulario y que son víctimas de cambios que podemos definir innecesarios?

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Me llamó la atención una de las últimas reglas ortográficas que fue objeto de modificación hace unos años: la eliminación de la tilde para diferenciar solo (adjetivo) de s(ó)lo (adverbio). Como estudiante italiana de lengua española puedo afirmar que durante mis primeros años de aprendizaje los profesores siempre me obligaban a poner tilde en caso de 'solo' con valor de 'solamente'. La RAE afirmó que, en este caso, la tilde diacrítica para distinguir dos palabras con la misma grafía no tiene sentido: hay que identificar el significado según el contexto.

Estoy segura de que, como yo, hay otras muchísimas personas que ahora tienen dificultades en acordarse de este cambio, circunstancia que causa errores frecuentes en la escritura. Mi pregunta es si verdaderamente la lengua necesita modificaciones de este tipo que pueden crear confusión sin que supongan una aportación significativa. Pero esto es síntoma de la evolución natural de la lengua, que va hacia una simplificación gramatical, ortográfica, morfológica y sintáctica.

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