Gracias, Jordi Évole y gracias, Carles Puigdemont

Jordi Évole: Catalán, de Cornellà. Periodista de raza. Incisivo, preparado, informado, afilado, respetuoso. 

Carles Puigdemont: Catalán, de Girona. Periodista de formación, político de profesión. Preparado, inteligente, con un mandato que quiere llevar a cabo hasta el final, aunque a todas luces (como bien le hizo ver Évole), sea en paupérrima legitimidad parlamentaria.

Dos catalanes con dos posiciones distantes entre sí, tanto en el rol que ejercen en la entrevista, como ideológicamente. 

Y aún sabiendo que no sería fácil para ninguno, se prestan a una entrevista en la que no van a salir bien parados, uno por catalán no independentista apretando a uno que sí lo es, y el otro porque desde su cargo de 'president' tiene que hablar también para los ciudadanos a los que lamentablemente parece que sólo Évole representa; aún cuando nadie le eligió, pero que llena ese vacío político incomprensible.

Lo hacen porque tienen la necesidad de hacerlo, porque creen que es bueno para ellos y para los que vamos a verles, pero sobre todo, lo hacen porque pueden hacerlo. Y además quieren.

Y no olvidemos al tercer personaje en la entrevista: el que no ha querido prestarse a hablar. El que no dialoga y solamente sabe utilizar los resortes del Estado para practicar la represión.

Qué lástima que un 'president' tan preparado como el que tenemos en Catalunya no me represente ideológicamente. Pero siempre lo preferiré a un presidente del Gobierno con una miopía política tremenda, represor y poco dialogante.

Gracias, Jordi Évole, por hacer las preguntas que nadie se ha preocupado en hacer, cuando son precisamente las que más preocupan. Y gracias, 'president' por responderlas. Con lo fácil que es escuchar y lo poco que quieren hacerlo algunos.