Miro las caras de los candidatos y no me fío de ninguno. Observo sus gestos y no me convence ninguno. Escucho sus palabras y no me las creo. No quiero abstenerme ni votar en blanco, así que voy a arriesgarme depositando mi esperanza en alguien que por ser mujer y haber demostrado hasta ahora algo de humanidad, lo puede merecer. Ojalá Ada Colau se convierta en la 'madrina' que necesitamos.