El fin de la actividad de ETA, algo que celebrar

Todos los gobiernos de este país han querido acabar con ETA como el franquismo terminó con el Maquis. El último guerrillero fue abatido por la Guardia Civil en marzo de 1965 en la provincia de Lugo. Se trataba de José Castro Veiga ‘Piloto’. No hubo pacto, ni diálogo, ni negociación, nadie pidió perdón ni hubo arrepentimiento de ninguna clase. Tampoco pidió perdón el Gobierno de Franco por los fusilamientos de los guardia civiles decretados por sus propios mandos porque, a su criterio, no habían puesto demasiado empeño en la represión de la guerrilla.

Franco, que acabó con el Maquis, no pudo terminar con ETA, con la que convivió durante 16 años. Evidentemente, las circunstancias y objetivos eran distintos.

Alegrémonos de que se haya terminado la actividad etarra y que los derechistas no le busquen “los tres pies al gato”. Por desgracia, el llamado “abrazo de Vergara”, en este país nunca ha tenido una segunda edición.