La discriminación de la burbuja inmobiliaria

Llevo más de tres meses buscando piso, pero me tendré que ir de Barcelona. Hace cuatro años, cuando me convertí en inquilina, los precios rondaban los 500 o 600 euros en barrios obreros; ahora ya no existen pisos por este precio, el mínimo suele ser de 700 euros. Si encuentras en Barcelona pisos por 600 euros son pisos sin ascensor, de menos de 30 metros cuadrados o bien en pésimas condiciones.

Quiero cambiar de piso porque no estoy de acuerdo con las condiciones que tengo pero no puedo quedarme en Barcelona. Con mi sueldo solo no puedo pagar los precios prohibitivos que existen actualmente en el mercado inmobiliario. Supongo que como muchos de vosotros he hecho una búsqueda exhaustiva, y es lamentable la relación precio / estado de la vivienda. Lo peor de todo es que, evidentemente, tanto propietarios como inmobiliarias saben que nos alquilaron los pisos a precios razonables pero que actualmente están muy por debajo del precio del mercado.

Me he encontrado con que por pedir para el piso mejoras de habitabilidad, no por capricho, la primera respuesta que se me ha dado es la de que estoy pagando muy por debajo de lo que me corresponde según el mercado. Es en ese momento en el que te invade la impotencia y la rabia, en el que tienes que analizar y decidir si realmente vale la pena que te suban un poco el alquiler y estar en un piso en mejores condiciones y que puedas pagar (pero pagar a una persona que lo único que quiere es hacer negocio y que no piensa en si realmente lo que le estás pidiendo es razonable) o marcharte a vivir fuera de tu ciudad, con los cambios que ello conlleva.

Actualmente me encuentro en esta disyuntiva, y creedme cuando os digo que es duro, porque no es solo una mudanza o un cambio de piso sino que supone dejar atrás la ciudad en la que tienes todo por culpa del capitalismo y de pretensión de querer llenar la ciudad de personas con alto nivel adquisitivo. 

Por otro lado, me pregunto qué pasa con todas aquellas personas que se encuentran en una situación económica precaria. ¿Dónde queda su derecho a la vivienda? Yo aún tengo la suerte de poder decidir si me marcho o me quedo, pero hay quien tiene que dar un techo a su familia y no pueden, porque Barcelona ya no les da cabida.