Cuando haya equidad entre los países creeré en la Unión Europea

Hace ya unos años los ciudadanos españoles y europeos votamos si aceptábamos la Constitución europea. La mayoría de españoles votó a favor, y en mi caso voté negativamente. La razón de mi voto negativo fue que no veía claro el futuro que se nos presentaba.

Ha pasado el tiempo y viendo los acontecimientos acaecidos dentro de los países de la Unión, no me arrepiento para nada de mi voto. Daré una serie de argumentos simples pero meditados por los que sigo creyendo que la Unión Europea no es lo que debería ser en su esencia.

1. Cuando un asalariado, autónomo o funcionario cobre lo mismo en cualquier país de la Unión, entonces creeré en ella. 2. Cuando los países de la Unión actúen de la misma forma en el tema de la libre circulación de personas, entonces creeré en ella. 3. Cuando un país de la Unión requiera la extradición a su país de una persona fugada a otro país de la Unión, y se la conceda, entonces creeré en la Unión. 4. Cuando un país sea sancionado porque desvalija camiones de otro país de la Unión, entonces creeré en ella; y así... infinidad de casos.

Creo que cuando se creo la Unión y se aprobó su Constitución, los expertos se olvidaron de uno de los principios fundamentales que han de guiar a la humanidad: el principio de equidad. Así no vamos bien.