El cine español, en segundo plano

Ya sabemos las películas nominadas de la 32º edición de los Premios Goya. Y no deja de ser curioso que también haya conocido el nombre de algunas de ellas por primera vez, dudando incluso que se hayan llegado a estrenar en el cine.

Nuevamente, y a excepción de 'La Llamada', las películas más taquilleras del 2017 no ocupan el lugar que el público les ha otorgado. Está visto que los gustos de los espectadores no se corresponden con los gustos del jurado. Solo algunas, las que tengan la suerte de llevarse el 'cabezón', tendrán también la suerte de volver a ser estrenadas tras la gala (la bomba si coincide con una de esas épocas, la llamada Fiesta del Cine, en las que las entradas están a 2,80 €) y conseguir un par de espectadores más, que con suerte les permitirá llegar a pagar los gastos. Otras, como lo hicieron la primera vez, pasarán totalmente inadvertidas y caerán en el olvido para siempre.

Y también parece que el arte de hacer reír esté reñido con la Academia, pues si no me equivoco, solo dos entre las nominadas, 'La Llamada' y 'Abracadabra', pertenecen al género de la comedia.

Al menos esta vez se han acordado de que en este país se hablan más idiomas que el castellano y al igual que con 'Pa Negre' el catalán está representado, también hay cine en euskera.

Entre los actores y actrices nominados, tampoco hay grandes sorpresas. Penélope Cruz y Javier Bardem vuelven a estar nominados, no sé si porque realmente se lo merecen (la película Loving Pablo aún no se ha estrenado en España) o simplemente lo hacen para dar un poco de glamour a la gala de los Goya y luego poder comentar si han posado o no juntos, si se han besado o si han sido los más elegantes de la noche.

Creo que el cuidado del cine español va más allá de unos premios que quieren vender un glamour, que quizás no es la realidad de todos los que se esfuerzan por crear cultura audiovisual en el cine.