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Albergues o 'centros sociales peninteciarios'

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v7b4683 / Albert Bertran

Nuestros gobernantes, siempre obedientes a la banca y a los empresarios, han privatizado todos los servicios sociales y no se sabe el número ni dónde están los pocos "funcionarios". Ahora los Centro de Primeras Acogidas o albergues están bajo la tutela de empresarios sin escrúpulos, y si existe algún departamento de fiscalía o inspección del Ayuntamiento no actúa, a pesar de las múltiples denuncias. Se protege al poder y esto sumado a la lucha a la baja de las adjudicaciones, no siempre verdaderas, ha llevado a los "usuarios" de estos 'centros sociales penitenciarios', para personas la mayoria excluidas de la sociedad y a los que no se les ha podido demostrar ningún delito penal, a vivir en unas condiciones muy duras.

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Lo hacen bajo presión de empleados privados, sin formación ni preparación para trabajar con la exclusión social, con escasos y pobres roperos, con una pésima alimentación a pesar de las continuas falsedades de los dirigentes y politicos de Drets Socials o la Síndica diciéndonos que todo es de calidad y con un severo control nutricionista. El día que la teniente de alcalde Laia Ortiz celebró el 10º Aniversario del de Cister, me quejé al director de catering de no llevar la comida basura de cada día. Los dirigentes, asistentas o referentes, miran hacia otro lado, permitiendo abusos de este personal, la mayoria de bajo nivel cultural, lo que aprovechan estos empresarios para contratarlos con contratos basura y bajos sueldos.

Estos llamados 'profesionales' han ido creando sus propias "normativas", algunas absurdas y siempre contra los "usuarios", para tener la ley del minimo esfuerzo. Los directivos nunca se atreven a contradecir las "normativas" para no quitarles poder, las frases de "esto no es un hotel", "si estabas mejor en la calle no debías haber venido", "te la estás jugando" o "te voy a expulsar" se escuchan a diario. Vivimos en una tensión creada por el miedo.

Solo respiramos tranquilos cuando llegamos a un centro que no sea dirigido por el Ayuntamiento y somos tratados con dignidad como personas por los "voluntarios", nosotros sentimos en nuestra carne y nuestro corazón el desprecio que provocamos a las personas que se asquean de estar cerca de nosotros y lo hacen obligadas para tener un sueldo a fin de mes, a esta situació se debe poner fin.

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